En el período 2016 – 2017 gran parte de la zona central de Chile fue afectada por un megaincendio, el cual significó que las instituciones públicas y organizaciones de la sociedad civil tuvieran que invertir recursos para implementar no sólo medidas de control, sino también aquellas destinadas hacia la recuperación socioeconómica de las zonas afectadas. El incendio abarcó una superficie cercana a las 600 000 hectáreas, en las cuales se encontraban asentamientos humanos, áreas cubiertas por plantaciones forestales de especies exóticas y nativas, bosque nativo de los tipos palma chilena, esclerófilo y roble-hualo, praderas y matorrales naturales y cultivos agrícolas (Figura 1), que fueron afectados dejando una impronta de degradación social y ambiental que se incrementa con el uso de los recursos naturales degradados por parte de la población. Por lo tanto, el país y sus instituciones públicas se enfrentaron al desafío de restaurar los territorios degradados por los incendios forestales y otros agentes, con el objetivo de recuperar los recursos naturales para que restauren y mantengan la provisión de servicios ecosistémicos esenciales como la producción de bienes forestales maderables y no maderables, producción de agua, conservación de la biodiversidad, acumulación de carbono, entre otros, los cuales son clave para instalar sistemas productivos extractivos y no extractivos que sustentan a comunidades y centros poblados

Gobernanza, gobernanza ambiental, gestión ambiental local, participación ciudadana, sustentabilidad ambientaL