Los Bosques Modelo son territorios donde las personas se organizan y participan para gestionar juntos sus bosques y recursos naturales hacia un desarrollo sostenible, se constituyen así en un modelo de gobernanza novedoso para una para una gestión territorial compartida y consensuada por diversos segmentos de la sociedad. Los Bosques Modelo son plataformas sociales intersectoriales de gestión territorial. De acuerdo a la Red Iberoamericana de Bosques Modelo (RIABM 2014), el concepto fue creado en Canadá en los años 90 como una alternativa al conflicto entre las empresas forestales y las comunidades por el manejo y uso de los recursos naturales. En Latinoamérica el primer Bosque Modelo fue fundado en 1996 en la isla de Chiloé al sur de Chile. Hay una serie de beneficios en ser parte de un Bosque Modelo como: el trabajo en red, formación de alianzas estratégicas, reducción y mediación de conflictos socio-ambientales, democratización de prioridades, contar con un foro catalizador de información y oportunidades, evitar la duplicidad de esfuerzos, facilitar la incidencia política, el desarrollo de proyectos conjuntos y la movilización de recursos. A pesar que cada Bosque Modelo es único, todos comparten seis principios fundamentales: 1. Afiliación de base amplia; 2. El trabajo a escala de paisaje; 3. El compromiso con la sustentabilidad; 4. Tener una gobernabilidad adecuada; 5. Elaborar un amplio programa de actividades y 6. Compromiso con la transferencia de conocimiento, capacitación y trabajo en redes. “En un Bosque Modelo, el bosque es apenas el punto de partida alrededor del cual un grupo de personas se organizan para desarrollar sosteniblemente su territorio y sus ecosistemas” (RIABM 2014).

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